Inception en el espacio

Estamos ya muy acostumbrados a ver en pantalla grande la típica historia de un astronauta americano que viaja al espacio y no regresa. El espectador pide algo nuevo.  Nos acercamos a las salas de cine esperando ver un espectáculo, vivir una experiencia original. Gravity innovó con el espacio en 3D: grandes galaxias adentraban al espectador, más allá de en la mera historia uno estaba en el universo. Qué importaba de Geroge Clooney moría o no, ¡habíamos volado por el espacio! El agobio dentro del traje que años atrás profetizó el escritor de Tintín. ¿Qué trae de nuevo Interstellar?

Para empezar, es una historia que mezcla apocalipsis con espacio y funciona bien. La actuación de los protagonistas es muy buena. Aunque ya estamos muy acostumbrados a Matthew Macconaughey, da gusto ver que Anne Hathaway es capaz de adaptarse a cualquier situación, desde Los Miserables, una princesa y ahora astronauta. Bravo.

Lo nuevo que trae Interstellar son esas imágenes diferentes a las que hace ya un año nos mostraba Gravity. Nunca antes habíamos visto una representación tan fidedigna a los agujeros negros y a la aplicación de las teorías de Einstein.

La historia de desarrolla en casi dos horas y media así que uno debe entrar en la sala haciendo el pacto: esto es de los Nolan. Es un Inception en el espacio. Paciencia. Todos sabemos que Christopher Nolan tiene un serio problema con los juegos del tiempo.

A pesar de su larga duración merece la pena. No solo por la acertada fotografía, las actuaciones y el guion, también por la historia, que toca temas como la importancia de la familia. La ausencia de la figura paterna y sus consecuencias, y el heroismo de los hijos por seguir adelante. En definitiva, se trata del precio a pagar por «salvar a la humanidad», una historia que se remonta 2.000 años atrás y siempre continuaremos viendo en pantalla.