Nos adentrábamos en la sala con muchas ganas de ver una historia merecedora de nuestra atención. Ya nos habían avisado de que los diálogos estarían doblados y que las canciones eran brutales. Y así es. Pero a alguien se le olvidó mencionar la falta de profundidad que tiene Into de Woods: un guion nefasto con el que es imposible mantener el interés. A pesar de que las canciones nos dan ese alivio frente a una mala estructura, uno no consigue identificarse con los personajes. Ellos son planos, poco creíbles y su arco de transformación de corta, sin previo aviso, y se pierde la pista. Aquello de lo que semanas atrás hablamos con A.Sánchez-Escalonilla, aquello de «conflicto interior», brilla por su ausencia. Qué decepción.
Algo que defender…la fotografía, y la interpretación musical de Meryl Streep, Anna Kendrick y Johnny Depp.